Actividad de la mosca del olivo a finales del mes de junio

En la fase fenológica actual del fruto del olivo, caracterizada por su diámetro y endurecimiento del hueso, estos factores promueven la atracción de la mosca del olivo (Bactrocera oleae), aumentando su incidencia en el fruto, según nos recuerdan desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía. Además, las condiciones ambientales que se vienen produciendo, caracterizadas por suaves temperaturas, ausencia de lluvias y una humedad relativa media, favorecen el aumento de la actividad de esta plaga. De las observaciones realizadas desde las primeras semanas de mayo en algunas provincias, como Sevilla, se detectaron las primeras picadas a finales de mayo en algunas zonas biológicas como Campiña y Aljarafe.

Actualmente, la presencia de este insecto está en aumento, encontrándose los mayores índices poblacionales en los mosqueros McPhail. Destacan los valores medios provinciales de Sevilla, Cádiz y Córdoba, con 9,20, 7,70 y 5,90 adultos/mosquero/día, respectivamente.

Por otra parte, las trampas cromotrópicas, con capturas más reducidas, destacan las provincias de Jaén, Sevilla y Córdoba, con 3,40, 3,20 y 3,10 adultos/trampa y día, respectivamente.

En cuanto a la incidencia que está presentando sobre el cultivo, destacan las provincias de Huelva, Córdoba y Sevilla, con valores medios provinciales de 3,30%, 0,80% y 0,70% de picada total, respectivamente.

La viabilidad de esta picada se refleja en el porcentaje de frutos con picada viva. Destaca la provincia de Huelva, con un valor medio provincial del 1,30% de picada viva. En el resto de las provincias, el porcentaje es del 0,10%, a excepción de Jaén, que presenta un 0%. En Granada, aún no se ha iniciado el seguimiento de este agente. Respecto a los controles fitosanitarios, estos han sido mínimos, registrándose tratamientos únicamente en áreas de cultivo de la provincia de Sevilla.

Desde la RAIF nos recuerdan que la mosca detiene su actividad biológica con temperaturas inferiores a los 6ºC y superiores a los 35ºC, siendo entre 20-25ºC la temperatura óptima para su desarrollo. Las temperaturas por debajo de los 36ºC son favorables para el buen desarrollo de las puestas de mosca y para su propia integridad, y una humedad relativa elevada (>80-85%) favorece la incidencia de la plaga.

Asimismo, es conveniente estar informado que entre la fauna auxiliar que puede ejercer un cierto control sobre el crecimiento poblacional de este agente, se encuentran Pnigalio mediterraneus, Psittalia concolor, Eurytoma Martellii, Cyrtoptyx latipes y Eupelmus urozonus.

En aquellas áreas de cultivo donde las condiciones de actividad de este insecto superen los umbrales de tratamiento establecidos, se recomienda utilizar materias activas autorizadas para el cultivo de olivar y el control de esta plaga, siempre respetando las recomendaciones de uso del fabricante y leyendo detenidamente la etiqueta del envase.

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